La vacunación es tan efectiva, que junto a la potabilización del agua está considerada como la medida preventiva en materia de salud pública más importante de la historia. No te dejes engañar, las vacunas son vida, mata tu indiferencia.
R/ FALSO. El argumento de que puede causar autismo se basa en un estudio realizado en 1998 con datos falseados, que posteriormente fue retirado y luego ampliamente rebatido por otros. Las vacunas son probablemente los medicamentos más seguros de los que se dispone en la actualidad. Con la vacunación se evitan enfermedades que, además de ser en algunos casos mortales, pueden producir parálisis, encefalitis, ceguera, sordera, retraso mental, parálisis cerebral, etc. Las vacunas son VIDA.
R/ FALSO. Una cosa es que la enfermedad este casi erradicada y otra muy distinta que el virus que la causa haya sido eliminado. Salvo en el caso de la viruela, siempre hay algún lugar en el que éste existirá y ahora más que nunca, con un mundo tan interconectado, es fácil que pueda migrar e infectar a alguna persona que no cuente con la protección de la vacuna.
R/ FALSO. Las vacunas hacen que el sistema inmunológico reacciones de la misma manera que si el organismo fuese infectado por el microorganismo contra el que es efectiva. Pero sin necesidad de pasar la enfermedad y, por tanto, de exponernos a los riesgos, algunos de ellos muy graves, que conlleva el sufrirla. Las vacunas son VIDA, mata tu indiferencia.
R/ FALSO. Si bien es cierto que algunas vacunas contienen una sustancia denominada tiomersal, que actúa como conservante y contiene una ínfima cantidad de mercurio, hasta la fecha ninguno de los estudios realizados ha podido demostrar que ello suponga un riesgo para la salud.
R/ FALSO. Todos los estudios realizados niegan rotundamente esta afirmación. Ni se sobrecarga el sistema inmunológico, ni se acumulan efectos adversos o aumenta el riesgo de estos. Todo lo contrario, vacunas como la triple vírica o la hexavalente permiten reducir el número de pinchazos al niño y el de consultas al pediatra. Las vacunas son VIDA.
R/ FALSO. No hay ningún estudio que avale esta afirmación o que aporte algún argumento que haga sospechar en una posible relación causa-efecto. Un niño tiene tantas probabilidades de sufrir el síndrome de la muerte súbita del lactante tanto si está vacunado como si no.
R/ FALSO. Si las personas no están vacunadas contra enfermedades que hemos logrado controlar, como la polio y el sarampión, éstas volverán a aparecer rápidamente. Si bien una mejor higiene, lavado de manos y agua limpia ayudan a proteger a las personas de enfermedades infecciosas, muchas otras pueden propagarse a través de otros medios, independientemente de lo limpia que sea una persona o su entorno.
R/FALSO. Esto es imposible. Ninguna vacuna—incluidas las vacunas contra la COVID-19—contiene microchips incluido, que permitan a los gobiernos o a cualquier otra entidad en el poder rastrear a las personas.
R/ FALSO. Las personas embarazadas no sólo pueden vacunarse contra varias enfermedades prevenibles por vacunación como la influenza, el tétanos, la tos ferina y la hepatitis B, sino que es extremadamente importante que lo hagan para protegerse a sí mismas y a sus bebés de enfermedades y complicaciones innecesarias. Algunas vacunas, como la SRP y la vacuna contra la varicela, no deben administrarse a las personas embarazadas, pero pueden administrarse antes o después del embarazo. Se alienta a las personas embarazadas a que pregunten a sus proveedores de salud en sus chequeos prenatales qué vacunas necesitan y cuándo. Vacunándote cuidas tu vida y la de los demás.
R/ FALSO. No existe una relación causal entre la vacunación contra el VPH y la infertilidad ni riesgo de desarrollar problemas neurológicos por vacunarse contra el VPH, según la revisión extensiva que realizó la Organización Mundial de la Salud a la evidencia científica disponible. Al contario, esta vacuna previene el cáncer de cuello uterino, las vacunas son VIDA.
R/ Las vacunas no empeoran las enfermedades leves. Al igual que cualquier medicamento, las vacunas causan efectos secundarios leves, como fiebre baja, o dolor o hinchazón en el sitio de inyección, pero no te enferman.
R/ La Unicef recomienda que es caso de vacunarse contra el COVID-19 teniendo gripa, es mejor postergar la fecha de la vacunación hasta que la persona se haya recuperado por completo de la gripe o de cualquier otro síntoma respiratorio y/o cuadro febril, pues de esta manera no se interfiere la efectividad del biológico.
R/ FALSO. La CDC advierte que las personas con enfermedad cardíaca deben hablar con su médico sobre cómo ponerse al día con sus vacunas, sobre todo porque están en mayor riesgo de tener problemas graves por ciertas enfermedades. Algunas de las enfermedades que se pueden prevenir con una vacuna, como la influenza, pueden aumentar el riesgo de tener otro ataque cardiaco. Vacunarse es importante para mantenerse sano.
Es cierto que tener una enfermedad viral provoca una inmunización natural contra ese virus, pero una infección conlleva riesgos de complicaciones que en algunos casos pueden ser muy severas, como defectos congénitos en la rubéola e incluso la muerte en el sarampión. Las vacunas crean una respuesta inmune similar a la infección, pero no provocan la enfermedad y, por ende, no conllevan sus riesgos.
La vacuna de la gripe no causa gripe. Lo que ocurre es que hay muchos virus respiratorios que provocan resfríos (para los que no hay vacunas) que pueden producir síntomas compatibles.
Estos síntomas no impiden que un niño reciba las vacunas indicadas por calendario, lo mismo que si está tomando antibióticos
Las vacunas que se administran en el sector privado cumplen con las mismas regulaciones y controles de la ANMAT que las del ámbito público y son igual de efectivas y seguras.
Justamente por la vacunación, muchas enfermedades inmunoprevenibles graves se eliminaron o se volvieron muy poco frecuentes en la mayoría de los países. Pero como bien demostró la expansión del coronavirus, en un mundo interconectado como el actual, los virus se expanden más allá de las fronteras geográficas. Otro ejemplo es el del sarampión, una enfermedad que había sido controlada en Argentina y de la cual hoy se vive el brote más severo en dos décadas.
El acceso al agua potable y a condiciones de saneamiento ayudó significativamente a controlar las enfermedades infecciosas, pero no es suficiente para prevenirlas. Con la gripe y los virus respiratorios, por ejemplo, el lavado eficiente de manos es una medida de prevención muy importante, pero no garantiza la inmunidad frente a los agentes patógenos.
Cada vacuna estimula solo una parte de nuestro sistema inmune, por lo cual recibir más de una al mismo tiempo no va a “sobrecargar” su funcionamiento ni producir otros efectos. Administrar vacunas de forma simultánea es más eficiente porque reduce las visitas al médico y el tiempo de consulta, y también las molestias que pueden sufrir especialmente los niños en la aplicación.
El tiomersal o timerosal es un conservante que contiene mercurio y se incorpora a ciertas vacunas porque resulta indispensable para garantizar su esterilidad. Es frecuentemente cuestionado por los movimientos antivacunas, pero las dosis que se utilizan son mínimas y no hay ninguna evidencia científica de riesgos potenciales para la salud.
Es cierto, pero solo en parte, porque las vacunas incluidas en el calendario de inmunizaciones son OBLIGATORIAS, porque es una cuestión de salud pública, dado que esa decisión personal tiene un impacto colectivo. Aquí entra en juego el concepto de “efecto rebaño”: si un niño de una comunidad no está vacunado, pero todos los demás sí, se limitará la expansión de la enfermedad, lo que no ocurrirá si son varios los que no se inmunizaron. Es por eso por lo que las vacunas de calendario son obligatorias.
Fuente: Organización Mundial de la Salud.
https://www.caeme.org.ar/10-mitos-sobre-las-vacunas/